domingo, 3 de noviembre de 2013

El olivar. Nuestro motor económico

Un año más,  la alegría que desprende el aspecto de los olivares de la provincia de Jaén,  se plasma en cada uno de sus pueblos y en las calles de su hermosa capital.

Tras un año, el pasado, en el que por coincidencias climatológicas y fenológicas, los retorcidos y gruesos troncos de los árboles,  fueron incapaces de otorgarnos con generosidad sus frutos,  nos encontramos con un año en el que también por coincidencias, pero de otra índole, tenemos una gran cosecha,  con lo que ésto significa para nuestra provincia.

"El olivar, es nuestro motor económico". No existe mejor ejemplo para explicar lo que significa que un sector sea motor económico, y más aún en la época que vivimos. Dicha actividad,  en muchas ocasiones ha sido la única fuente de ingresos de miles de familias y en otros ha pasado a formar parte de los ingresos secundarios de estas.  Pero es ahora,  más que nunca, cuando la importancia del sector agrario como primera actividad, ha alcanzado sus máximos niveles por culpa de la crisis que azota nuestro país.

De ésta manera,  y tras la triste campaña que el año pasado dejaba a tantos pueblos de la provincia sin jornales, no se llega a entender cómo vuelven a aparecer los comentarios tan desafortunados por parte de las instituciones que nos representan, dando los temidos aforos que no tardan en animar a la baja los ya de por si ajustados precios del aceite de oliva.

Me hubiese gustado,  que el año pasado se hubiesen montado en el coche conmigo esos que tan pronto hablan de cosechas "record", para que igual que a mi se les quedase marcadas en la memoria las desoladoras estampas de los pueblos en campaña de recogida de aceituna. Está claro que ante la meteorología no se puede luchar,  pero si defender la agricultura de la peor de las tormentas,  la que hace bajar los precios.

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