Bajo un tejado nublado, cual si fueran mantas preparadas para el frío del invierno, trastos de acero cargados de semillas, comienzan a dejarse ver a lo largo y ancho de nuestros campos desnudos.
Campos sin vida pero llenos de nutrientes cansados de esperar en algunos casos, y otros agotados de éstos tras una última campaña que nos brindó una buena cosecha. Sea cual fuere su pasado, la decisión del patrón será la que dé futuro en descanso o en vida a las tierras que esperan sedientas.
De ésta manera, tras consultar de manera esperanzadora, todo tipo de predicciones meteorológicas para el año agrícola que comienza, el agricultor organiza sus tierras de siembra eligiendo siempre temblorosamente, por carecer el campo de tejado, las variedades y semillas que sembrará, así como las parcelas o partes de estas donde hacerlo.
Una vez tomada la decisión, preparar la maquinaria de abonado y siembra que desde el año pasado han estado paradas, es el siguiente paso que con ilusión de niños se dará, antes de elegir el día más idóneo para dicha actividad.
La elección del día, no es una decisión fácil, ya que de ella depende en gran medida el éxito rotundo del desarrollo final del cultivo, debido a que dependiendo de la manera en que se presenten los primeros días, así se producirá la nascencia y emergencia de las plántulas.
Desde éste rinconcillo de internet, deseo muchísima suerte para la campaña cerealística que muchos agricultores preparan con ilusión y mucho trabajo.
Adjunto vídeo que he encontrado recientemente en la web de youtube sobre las labores de siembra de cereal en Burgos:
http://www.youtube.com/watch?v=uoZWZtUOsKM
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