En la plenitud del verano castellano, el paisaje de cereales
tostados por el sol, cobra vida haciendo entrar en escena a cosechadoras,
remolques, agricultores e incluso a las avutardas, esas aves tan
características de la zona y que en su majestuoso planeo sobre estos campos,
anuncia que dichos cultivos están listos para su cosecha.
Las tardes son largas y el sol de mediodía abrasador, sin
embargo las bajas temperaturas nocturnas son las culpables de que la campaña de
cosecha del cereal sea la más importante y tardía de España.
Con el sobrenombre de “Campos del pan” es conocida esta zona
situada en su mayor parte en la provincia de Zamora. Paisajes eternos de
tonalidad desértica rodeando a pequeños y
cercanos pueblos, conformándose así una estampa única, creada en su
totalidad por la mano del hombre.
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