domingo, 31 de enero de 2016

¿Cuanto vale mi finca?

En el proceso de compra/venta de una finca rústica, cuando hablamos de superficies pequeñas y más aún en muchos de nuestros pueblos, se terminan obviando trámites importantes previos a la firma del contrato, como son la medición de la superficie, comprobación de los linderos y la valoración económica del bien objeto de la compra/venta.

Confiando en la palabra del vendedor, en la valoración inicial que hemos hecho, porque es "a lo que se está vendiendo en el pueblo" o  lo que creemos que es lo adecuado, terminamos llevando a cabo un trámite de mucha importancia, sin darle la que realmente tiene.

En el caso de fincas de tierra calma, la superficie la tenemos en cuenta "al centímetro" ya que es toda ella la que consideramos productiva, pero en el caso de fincas de frutales, un error muy común es comprar por número de plantas, dejando a un lado la exactitud de la superficie, dándonos igual que la finca sea de 3,58 ha o de 3,4 ha mientras ésta contenga los 340 olivos que estamos comprando. Lo que no pensamos es en las distintas posibilidades funcionales de nuestro terreno.

En cuanto a la valoración, como vendedores, ésta puede servir para orientarnos y fijar el precio de venta, y como compradores, para saber hasta que punto, el valor de la finca que nos ofrecen está "inflado" o por suerte para nosotros, "desinflado".

Para la valoración de un bien, es importante contar con un técnico o empresa cualificada, y en función de las características del bien, comprobar que el técnico que la realiza tiene una formación adecuada a éstas.

Una valoración de una finca, puede realizarse a priori por cualquier persona formada en valoraciones de bienes, pero para una mayor seguridad en el trabajo que nos realizan, ésta persona deberá estar formada en relación al bien que vayamos a valorar, así la valoración de un edificio de viviendas, debería correr a cargo de un arquitecto o aparejador, la de una carretera, por un Ingeniero o Ingeniero Técnico de Caminos y una finca rústica o industria agroalimentaria, por un Ingeniero Agrónomo o Técnico Agrícola.

En definitiva, démosle la importancia que tiene a un trámite que en ocasiones puede resultarnos pesado por la prisa que tengamos en agilizar un proceso de compra-venta, pero que a la larga nos evitará de disgustos y sinsabores.









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