miércoles, 12 de agosto de 2020

From farm to fork or from fork to farm?

Te propongo un ejercicio muy simple: 

Abre tu nevera y observa todos los alimentos que en ella se encuentran, anótalos y escribe al lado su origen agrario o ganadero (en caso de duda, la etiqueta puede ayudarte), por ejemplo: 

- Huevos: casi todos, sabemos que los ponen las gallinas y que existen distintas formas de producirlos. (Enjauladas, en suelo, camperas, etc.) 

Si hacemos una búsqueda en Internet sobre producción de huevos,  nos ayudará a entender cómo se producen, por ejemplo visualizando vídeos de las empresas productoras que algunas suben a la red.

Igual haríamos con el resto, lácteos, frutas, verduras, carnes, pescados, frutos secos, aceite, etc.

Este ejercicio que parece de primaria, pocas personas se lo plantean y muchos menos lo han llevado a cabo con lo sencillo que lo hace una conexión a Internet.

Pero claro, vivimos en una sociedad en la que el interés y la curiosidad por lo primario que nos rodea brilla por su ausencia, dada la facilidad que hay para acceder a ellos. De ahí que los gobiernos tengan que desarrollar estrategias millonarias en acercar el origen de los productos agroalimentarios a las mesas de los consumidores, para así intentar que se valoren más en las estanterías de los supermercados. 

En mi opinión el fin es interesante, pero los medios equivocados, y la única manera de acercar el consumidor al origen del producto es mediante su educación y formación desde la infancia.

Una formación práctica que les lleve al origen de lo que son y de lo que comen. 

Hoy día los niños solo saben que las gallinas ponen huevos y que las vacas nos dan leche, pero nunca lo han visto.

Ayudémosles, somos parte de la solución!



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