Habiéndose acabado el verano, las tardes se hacen más cortas, y las primeras y tan ansiadas lluvias penetran en nuestros suelos secos, escoltados por esos árboles que pintan nuestros paisajes de la provincia de Jaén.
Es época de hacer un cálculo ya muy acertado, de la cosecha que vamos a tener éste año. Pocos son los olivos cargados que veremos en nuestro pasear por Jaén. Tras varios años de grandes cosechas, nos enfrentamos a la temida vecería, famosa en este tipo de cultivo, y más habiendo sido acompañada de la mala floración que hubo en primavera y de la fuerte sequía que han sufrido nuestros campos.
Frente a éste escaparate tan desolador, muchos agricultores están tomando la decisión de cosechar los olivos en unas fechas muy tempranas en comparación con otras campañas, para así ayudar a la posterior recuperación del árbol pensando en la próxima campaña. El olivar actualmente se encuentra en la fase de envero, es decir, de comenzar ese cambio de coloración progresiva que sufre la aceituna en su desarrollo hasta la maduración.
En ésta fase, de las aceitunas recolectadas se obtendrá un zumo muy particular, afrutado y con una coloración verde que lo diferencia claramente del resto de aceites producidos durante el año, conociéndose éste como el aceite que inaugura y abre la campaña en nuestras almazaras, el primer aceite del año.
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